Por Sara
Más
Personas de diferentes generaciones, profesiones y procedencias
que participaron en la Segunda Jornada Cubana de Estudios de las Masculinidades
abogaron por acciones precisas para revertir el incremento de manifestaciones
violentas en espectáculos deportivos y producciones audiovisuales que promueven
diversos géneros musicales en Cuba.
Con dos paneles de debate dedicados a estos temas,
asistentes al encuentro solicitaron una mayor visión crítica de los medios de
comunicación ante prácticas poco éticas y violentas que se evidencian en los
eventos deportivos, a diferentes niveles, así como en los contenidos e imágenes
de no pocos video clips musicales que reproducen estereotipos femeninos y
masculinos, junto a posturas discriminatorias y violentas contra las mujeres.
Juego limpio
Mientras se evidencian broncas, riñas en gradas y peñas deportivas
de todas las regiones del país relacionadas con deportes como el béisbol, el
baloncesto y el fútbol, en el terreno deportistas, directores, técnicos y
árbitros se agraden. Salvo alguna excepción, todos son hombres…. ¿Por qué?
De ese presupuesto partió el análisis del foro “Deporte,
violencia y masculinidades hegemónicas”, moderado por Julio César González Pagés, coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, que
provocó un rico intercambio a partir de las intervenciones del historiador
Félix Julio Alfonso; el comentarista deportivo Alejandro Céspedes, de la
occidental provincia de Pinar del Río, y el estudiante de Lenguas Extranjeras
en la Universidad de la Habana Leonel Duarte, integrante además de la selección
nacional de Fútbol de Cuba.
En la foto Leonel Duarte, fubolista de la selección nacional, presente en la Segunda Jornada Cubana de Estudios de las Masculinidades
Uno de los mitos que es hace falta derrumbar es, justamente,
que la violencia es consustancial a la práctica deportiva. Un aspecto es la
competitividad, las estrategias de combate y enfrentamiento, y otra las
agresiones y ofensas en pleno juego, ya sea para mellar la autoestima del
contrario, expresar un desacuerdo, imponer un criterio o agredir directamente.
El deporte tiene que ser competitivo y recuperar ese espíritu, pero evitar la
violencia, porque esto último no significar competir, sino anular al
contrincante, expusieron.
Mujeres y hombres que opinaron del tema insistieron en que
este asunto no es privativo de Cuba y ha tomado fuerza en diferentes ámbitos
del deporte y no solo emerge en el terreno, sino que también en las gradas.
Sin embargo, insistieron en la necesidad de tomar medidas
más severas con este tipo de indisciplinas, que ya en el caso del béisbol, por
ejemplo, cuenta actualmente con cerca de 50 jugadores y 30 técnicos sancionados
por conductas violentas.
Entre otras acciones positivas propuestas desde la Red, se
propuso la realización de un foro sobre masculinidades, cultura de paz y medios
de comunicación con comentaristas deportivos para analizar estos temas y
generar acciones positivas desde espacios que tienen gran acogida de público.
También la realización de una campaña de bien público con
vistas a los inminentes juegos play off de béisbol, para influir en que
no se repitan indisciplinas ni espectáculos degradantes entro y fuera del
terreno.
Igualmente se abogó porque los tribunales competentes
valoren los casos de agresiones, escándalo público y actos violentos que
así lo ameriten y hoy solo se tratan con medidas y acciones administrativas. No
se trata de criminalizar al deportista, precisaron, sino adoptar las
medidas ejemplarizantes correspondientes.
González Pagés anunció que en los próximos play off la Red
contará con una barra masculina en el público para fomentar y generar desde el
público una cultura de paz en los juegos.
Por una música no sexista
¿Se debe permitir en la televisión cubana la hegemonía del sexo?
¿La música y los videos clips son un terreno de nadie para la ideología
patriarcal? ¿Nos gustan los machos hegemónicos? ¿Quiénes deciden y promueven
esas imágenes?
Esas, entre otras interrogantes, centraron los debates del
foro “Música, estereotipos machistas y difusiones patriarcales”, también
moderado por González Pagés y que contó con la participación de la musicóloga
Alicia Valdés y los artistas Diego Gutiérrez, popular cantautor cubano, y Rochy Ameneiro, intérprete y compositora, líder además del proyecto Todas Contracorriente.
Ante la avalancha de videos clips, textos de canciones,
premios, imágenes, espacios dentro y fuera de la pantalla que promueven un tipo
de masculinidad hegemónica que privilegia valores como el dinero o la
violencia, y de mujeres que sirven de objeto sexual y mero adorno visual, las
personas abogaron por fomentar la crítica televisiva, prácticamente ausente de
los medios de comunicación y, en particular, de la televisión.
La necesidad de definir
políticas consecuentes desde el Instituto Cubano de Radio y Televisión para
promover los mejores valores de la música cubana, tener en cuenta un mejor
balance de géneros y propuestas y privilegiar un gran acervo musical que apenas
se conoce en emisoras de radio y canales de televisión, estuvo entre las
propuestas del público participante.
Igualmente se abogó por
promover reconocimientos públicos a videos clips que contribuyan a generar una
cultura de paz y equidad entre mujeres y hombres, a la par que se señalen
también públicamente aquellos que peor trabajan estas ideas.
Ver http://www.mujeres.co.cu/actualidad.asp?art=5155
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