Por Yonnier Angulo Rodríguez
El año 2003 es cuando comienzo a vivir en el reparto de Luyanó[1], han pasado 5 años, no es hasta hace apenas un par de meses que un tema comenzó a interesarme: “La Inmigración Gallega en Cuba”. Realmente no me imaginaba que a solo una corta distancia de mi casa, se encontraban dos centros emblemáticos del proceso migratorio de gallegos en la Isla, me refiero a las denominadas casas de salud “Hijas de Galicia”[2] y “La Benéfica”[3], promovida por el Centro Gallego de la Habana. Estas dos edificaciones relacionadas con las asistencias sanitarias, fueron construidas con una relativa cercanía a una zona que se convirtió, entre fines del siglo XIX y durante el siglo XX, en un significativo asentamiento de la población gallega residentes en La Habana.
El periodo histórico que transcurre entre 1880-1930, constituyó la base para la entrada masiva de las migraciones españolas en Cuba. La migración gallega será la principal región hispana en aportar cuantitativamente a dicho proceso[4]. A través de ese número se puede apreciar la importancia que tendrá para la historia de Cuba esta afluencia gallega, tanto en la sociedad, la economía y porqué no, en la cultura cubana. Es aquí donde sale a relucir el destacado papel jugado por el Centro, el cual se convierte desde sus momentos iniciales en el principal polo, alrededor del que se aglomerará todo este movimiento migratorio, proporcionándole al inmigrante asociado una valiosa protección y ayuda; además, esta institución le facilitará al individuo recién llegado, un medio propicio para su eventual adaptación.
El Centro Gallego emerge como institución el 23 de noviembre de 1879. ¿Por qué este año? La etapa que sucede entre los años 1879 y 1881, caracterizan a la inmigración gallega en Cuba, como masiva, pues desde Galicia van a desplazarse apreciables oleadas de personas, en busca de ofertas de trabajo y mejores condiciones de vida. ¿Quiénes son los protagonistas? En este proceso el liderazgo cuantitativo y cualitativo lo detentarán los hombres[5]. Dentro de la composición masculina, los individuos jóvenes que llegan de forma individual, representan una gran mayoría, ya que de esta manera les es mas fácil insertarse en la dinámica laboral cubana y emprender a partir de su llegada una lucha por amasar fortuna que les permitiera, volver a Galicia; y en otros casos, esta individualidad traerá consigo además, una estancia permanente del inmigrante que le permite formar en Cuba una nueva familia, ya sea al unirse conyugalmente con una nativa. Mientras que la abrumadora mayoría de los inmigrantes que pisan el suelo cubano van a ser hombres, las mujeres en proporción estarán en desventaja, las cuales generalmente arriban a Cuba con previos contratos de trabajo, casi siempre relacionados con los servicios domésticos, de ahí proviene la fama y los estereotipos en torno a las mujeres gallegas de ser “eficientes criadas”.
Una de las más trascendentales contribuciones del Centro Gallego fue en pos de realzar la cultura gallega, ya sea en Cuba y en Galicia, podría citarse varios ejemplos como: la Fundación de la Real Academia Gallega en 1906, la misma tenía dentro de sus objetivos exaltar y fomentar el idioma gallego; otro hecho fundamental será la composición y su canto por primera vez, en 1907, del Himno Gallego en el Teatro Nacional[6].
El Centro Gallego, al igual que sus semejantes en la Isla, va a presentar como característica una detallada jerarquización, con sistemas de candidaturas y elecciones, en la que son los hombres los que van a ejercer el control de dicha sociedad, son los que rigen la institución, desde la dirección ejecutiva y legislativa hasta las asistencias sanitarias; dejándole a las mujeres gallegas un espacio nulo en este tipo de cuestiones, lo cual provoca la discriminación por parte de esa hegemonía masculina, donde las inmigrantes carecerán de derechos y atenciones, no tendrán los privilegios que disfrutaban los asociados gallegos. No obstante, esta realidad se aliviara en cierto sentido, con la fundación de la Sociedad Hijas de Galicia en 1917, con el objetivo de representar a las inmigrantes gallegas y defender sus derechos más elementales.
Como características generales, la entrada de los inmigrantes gallegos en Cuba tendrá una tendencia al aumento, esto motivado por causas diversas, como la deplorable situación existente en Galicia, las legislaciones favorables dictadas tanto en España como en Cuba, las cuales propiciaron este tipo de traslado hacia la Isla a finales del siglo XIX y principios del XX. A partir de la década de 1930, en sentido general, la emigración de españoles a Cuba comenzará a disminuir gradualmente debido a diferentes condicionantes, como la repercusión que tuvo la crisis mundial de 1929 en la sociedad cubana, resultando que dentro del territorio brotasen una gran masa de inmigrantes españoles desempleados y en condiciones de indigentes, que pedían la repatriación, y por otro lado se harán más restrictivas las legislaciones en ambos países con respecto al flujo migratorio. A esto se le puede añadir la Ley de Nacionalización del Trabajo promulgada durante el gobierno de Ramón Grau San Martín en 1933, la cual dictaba que en todas las empresas el país debían haber en las plantillas laborales un 50% de nativos, algo que fue para los inmigrantes españoles un duro golpe. Este ritmo se mantendrá en descenso hasta el año 1959, momento en que el proceso migratorio llegará a su fin con el advenimiento del triunfo de la Revolución Cubana
La llegada de los gallegos a Cuba significó el inicio del proceso en el cual estos hombres y mujeres comenzaron a integrarse en la sociedad cubana, se insertaron en un proceso de transculturación, de mezcla, en el cual el gallego le aportó a la cultura cubana una parte de sí, y a su vez este adoptó de Cuba rasgos característicos que luego lo diferenciaron del gallego residente en Galicia. De gran significación se puede afirmar que tuvo la presencia gallega en nuestro país, llegando a convertirse en una parte indisoluble de nuestra idiosincrasia, de nuestro acerbo cultural y de nuestra historia.
[1] Reparto que pertenece al municipio Diez de Octubre, en la Ciudad de La Habana.
[2] Centro hospitalario creado en 1917 por la Asociación femenina del mismo nombre “Hijas de Galicia”, con el objetivo de brindar atención médica a las mujeres gallegas.
[3] Institución médica comprada en 1894 por el Centro Gallego de La Habana, con el propósito de brindarle asistencia a los asociados gallegos.
[4] Importantes historiadores/as como las Doctoras Consuelo Naranjo Orovio y Maria del Carmen Barcia, estiman la contribución cuantitativa gallega, con respecto al total español, en alrededor de un 40%.
[5] Dentro de la historiografía en torno a la migración española en Cuba, se coincide al establecer como característica esencial de esa época histórica entre 1880-1930, que el 71% del total de la inmigración hispana eran hombres, frente a un 29% de mujeres.
[6] Otrora Teatro Tacón, fundado en 1837, a partir de 1906 se establece como sede del Centro Gallego. En la actualidad, llamado Gran Teatro de La Habana, continúa siendo anfitrión de la “Sociedad de Beneficencia de los Naturales de Galicia”.
jueves, 5 de junio de 2008
Aires de una migración gallega. Reflexiones desde la masculinidad gallega en Cuba.
Etiquetas:
emigracion gallega,
hombre,
sociedades de beneficiencia y recreo
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